Nada como una mañana de un dia cualquiera, un par de amigos, buen tiempo y pocas cosas por las que preocuparse, a parte de pasar un buen rato y poder disfrutar de una de las muchas posibilidades que la vida nos ofrece.
Esa mañana nos dirigimos al pequeño pueblo de Mont-Ral, en busca de las pozas que el rio Glorieta nos ofrece para montar un pasabloque. El pasabloque es una actividad que consiste en anclar entre 2 puntos una baga de escalada por donde después haremos equilibrio. Esta vez queríamos montarlo en un sitio especial, y para más inri por encima del agua, y de ahi que fuéramos al citado lugar.
Lo montamos, un, dos, tres, cuatro intentos y todos ellos acavaban el mismo sitio, en el agua, y que fria. Pero lo mejor fue el rato que estubimos ahi, momentos llenos de silencio y tranquilidad, unicamente rota por nuestras risas y comentarios.
Que pequeños somos y que cosas tan simples pueden llenarnos la vida de buenas experiencias y sensaciones. ahi va una pequeña representación digital de esa mañana, a ver que os parece...
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